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Barquisimeto, Lara, Venezuela

sábado, 28 de enero de 2012

AUTANA KUAYMAYOJO



Doce años hace desde cuando me aventuré a adoptar como hijo al  Amazonas, un lugar lleno de magia y de misterio escondido en sus paisajes, en su serenidad, en su colorido y, muy especialmente, en su gente….mis amigos criollos y especialmente los indígenas… los Piaroa, Ye-kuana, Piapoco, Baniva, Jivi, Pemón (en Bolívar) y tantas etnias más…. pero no puedo negar que mi corazón se ha quedado alojado entre los piaroas, aunque las otras etnias también robaron mi cariño.
      Aún con las resonancias a flor de piel de mi último viaje al Amazonas, el estado lleno de encanto de mi extraordinario país Venezuela, quiero escribir algunos sentimientos, sensaciones y experiencias, con la seguridad de rememorar vivencias de expediciones pasadas y poder plasmarlas en este blog.
Arrancamos la aventura (programada y no al garete) la temprana mañana del 2 de enero de 2012, como para decirle al año…" aquí voy…, con todos los hierros, ¡a vivirte 2012 !!! ”… 17 aventureros salimos de Lara rumbo al Amazonas. Luego de recorrer parte de Portuguesa, Barinas, y Apure, contemplando las bellezas naturales del camino, los amarillos, azules y rojos de los cielos, lo redondito del sol, lo verde de las sabanas y lo cristalino de las lagunas con los mautes metidos hasta el cuello para refrescarse, las parsimoniosas babas a la orilla de un estero… y luego de atravesar en Chalana el río Orinoco (con Meta) llegamos al estado Amazonas, dormimos plácidamente en Pto. Ayacucho...en la Posada Manapiare, la de mi querida amiga Yesenia, quien cada vez está más linda (ella y su posada) y al día siguiente comenzamos la verdadera aventura...
Nos trasladamos a Puerto Samariapo, a una hora de carretera desde Pto. Ayacucho, luego de haber visto el Monumento Piedra de la Tortuga y una vez que estuvo listo el bongo de la carga y el de los excursionistas, nos lanzamos a vivir Amazonas…Raudal del Danto, nuestro primer destino: salimos a  atragantarnos de Orinoco, con sus marrones aguas… fue allí donde los excursionistas comenzaron a abandonar sus miedos, sus dudas acerca de la travesía y fueron tomando confianza a grandes sorbos hasta desbordar en relax y felicidad. 
Fuimos avanzando en tranquila navegación, bajo un cielo azulísimo pero manchado con unas moticas de algodón que parecían sonreírnos desde arriba.

Empalmamos al rato con el segundo río de la travesía, el Sipapo, de aguas oscuras: pudimos contemplar asombrados cómo sus aguas no se mezclaban con las del Orinoco y se trazaba una marcada línea divisoria de color oscuro y marrón.
Nos llenamos de profundo gozo y admiración al ver una pequeña curiara pasar cerca de nuestro bongo con una familia a bordo, o una curiarita en reposo a la orilla del Sipapo con un indígena procurando su comida dependiente de un anzuelo…o la vegetación exuberante o el agua levantarse ligeramente a nuestro lado  por el andar del bongo…todo, todo, es novedad para los excursionistas, hasta para mí que no me canso de vibrar con estos parajes en cada viaje. Una parada en el camino nos hizo romper con este encanto para refrescarnos en una exquisita fuente de color y belleza, de aguas traslúcidas y sabrosas…unos jacuzzis  en la zona de Raudal Caldero.  

Al rato de navegación,  la indicación de nuestro motorista nos permitió saber que abordábamos otro río….el Cuao, de aguas igualmente serenas, fabricante de múltiples espejos capaces de reflejar selva, cielo y nubes.
               Llegamos al Campamento de Raudal del Danto luego unas 6 horas de tranquila navegación. Divisamos una churuata carente de paredes, que funge de cocina, comedor y dormitorio, enclavada acertadamente frente a una corriente de agitadas aguas que le da origen al nombre del lugar, un raudal majestuoso, hermoso, soberbio, que invita a la contemplación, a la meditación, a la oración.

Más arriba, otra  churuata cubierta: el dormitorio, y como está en un altico, la vista es hermosa, desde allí los ojos se tropiezan con un flanco del Tepuy  Autana…muy a lo lejos pero claro y nítido… ¡sí…: es el Autana!!!
Luego de una cena árabe, unas partidas de bingo y una noche tranquila, nos preparamos para una aventura de selva…nos dirigimos a Caño de Piedra en dos curiaras, otra experiencia diferente: navegamos  por el rio Cuao arriba,  una media hora hasta llegar a un lugar de la selva donde después de bajarnos de la curiara y de subir unos dos metros, nos percatamos de que teníamos una ruta hecha, allí comenzamos nuestro andar, que duraría unas dos horas plenas de asombro y novedad, bebíamos agua de unos troncos de bejuco certeramente cortados por nuestro guía, observamos tarántulas, ranitas, atravesamos puentes hechos con árboles caídos y hasta con barandas de palo; pero lo que me causaba gran asombro eran dos detalles muy sencillos: el pisar un suelo mullido alfombrado de hojas secas que semejan un andar en el aire…una sensación extraña y difícil de describir… y por otra parte, el silencio, los excursionistas callábamos para centrarnos en la senda, a veces peligrosa por su diversidad de obstáculos: tucos de árboles, ramas, bejucos, palos, piedras, huecos, troncos atravesados, posibles peligros que podían causar un buen tropezón: teníamos que andar profundamente concentrados… entonces se me hacía un enorme silencio que me permitía escuchar los sonidos de la selva, los grillos, ranas, pájaros, monos, un silencio que me llevaba a escuchar también el jadear de mi respiración,  el rodar del sudor, los latidos del corazón y hasta el de los compañeros… y, así, poco a poco me fui adentrando en el mundo misterioso de la selva interna del alma, y descubrir allí los matices oscuros y los claros que llevo dentro, las alimañas que aún pululan en el fondo de mi mente, los puentes que tengo que cruzar para alcanzar metas, los vacíos que tengo que llenar de amor por el otro, en fin… un camino en la selva del Amazonas que nos conduce paso a paso hacia el maravilloso bosque interior… una confrontación serena conmigo misma. Entre reflexiones, risas y esfuerzos, llegamos a un oasis….el Tobogán de Caño de Piedra, una delicia de laguna que comienza con una rampa de piedra donde nos deslizamos una y otra vez para estrellarnos divinamente con las sabrosas aguas de ese paraíso. Un pequeño grupo se adentró tobogán arriba  con el nieto del chamán, Alex, mi ahijado de bautizo y confirmación,  hasta una pequeña  cascada donde se refrescaron bajo sus aguas.
Noche mágica fue la del 4 de enero, nos sorprendieron en la limpísima comunidad de Raudal del Danto, habitada por 400 piaroas aproximadamente, donde un pequeño grupo de ellos con sus llamativas indumentarias y coloridos collares nos brindaron una danza propia de su etnia. A los más pequeños les obsequiamos una piñata, repartimos juguetes y ropa para tres comunidades que viven río arriba, y están desprovistas de muchas cosas; éste es el compartir infaltable en estos viajes de gloria, donde la gloria no es por mi nombre sino por la Gloria con la que alabamos a nuestro Dios compartiendo con los más necesitados…, por eso estos viajes no son otra cosa que aventuras de “misión – excursión”.
Al día siguiente nos enrumbamos en nuestro bongo por el Cuao, y retomamos el rio Sipapo, contemplando sus espejos, allí se nos atravesó una gran ballena de piedra y hasta un cementerio Piaroa. Nuestro destino era llegar a la Comunidad de Raudal Ceguera para estar a los pies del Tepuy Autana,  en el trayecto y al comienzo del rio Autana, cuarto de nuestra travesía; nos detuvimos unos minutos en la Comunidad Piaroa de Boca de Autana, hogar de mis amados Ricardo, Gladys y Margarita Blanco, y su familia, a quienes he tenido el honor de alojar en Barquisimeto; allí entregamos juguetes a 20 pequeños que esperaban por nosotros.
Después de horas de navegación y de habernos gratamente encontrado un grupo de kayakistas en acción, arribamos a Ceguera, nos recibieron los ojos inquietos de mis queridos Juan Pablo, Julia, Atilio, Pelo Pincho, Levi, Florentino, Rocky, Benito, Naikor y tantos otros que forman parte de mi familia desde hace muchos años. Comenzó la tarea de arreglar el campamento, la cocina, y de tomar un rico baño en las aguas del río Autana. También tenemos un raudal al frente, pero se queda corto con el panorama que nos arropa… el Cara de Indio, el Wahari… Y el Autana… la casa de Dios…y  gracias a mi amiga Erika les reproduzco esta información… El Autana, el mítico árbol de la vida que Colón presintió. AUTANA KUAYMAYOJO es el resto del tronco del Árbol de la Vida WAHARI-KUAWAI que tenía en sus ramas todos los frutos del mundo. El Autana, es un increíble tepuy que se encuentra en el Estado Amazonas, la cual guarda en sus duras rocas toda una historia que recuerda que en esa región del mundo se encuentran las formaciones geológicas más antiguas del planeta.

Según le etnia Piaroa, el Autana es el gran árbol que un día los dioses decidieron tumbar ante la exagerada soberbia de los hombres. Para quien lo llega a contemplar después de haber recorrido una increíble travesía por los ríos Orinoco, Sipapo y Autana, verá ante sus ojos un increíble tepuy que encierra en sí mismo todos los misterios que la selva puede brindar, y  allí, cuando las nubes rozan lo alto de su cima, le da ese carácter de Montaña Sagrada tal como es conocida por los habitantes de la zona. La parte alta de la escarpada montaña está atravesada de lado a lado, por una cueva espectacular que alcanza una longitud de 395 m con altura de 40 mts, formando un gran salón con techo en forma de cúpula o domo. Tiene gran interés geológico, ya que es la única cueva del mundo que está formada por cuarcitas, y en ellas se encontró un mineral nuevo para la ciencia, “svetia”.
                   Disfrutar Ceguera es una experiencia gratificante, pero hay excursiones por hacer, por lo general el grupo y los baquianos se preparan temprano para subir al WAHARI, lo más cercano que podemos contemplar el Tepuy Autana, quienes no pueden hacer esta excursión se quedan disfrutando de un relajante día en el río, o viendo la preparación del casabe y del mañoco, o pescando…, siempre hay algo por hacer o simplemente no hacer nada… sólo contemplar la grandeza que tenemos frente a nuestros ojos.  Cuando en el 2002 llegué a la cima de Wahari dije "ésta es una experiencia única e irrepetible" por lo difícil de su ascenso, y pensaba no subir más, pero cuando preparando al grupo y a los guías, me dije... ¿por qué no intentarlo de nuevo??? ¡Llegaré hasta donde pueda.!!.. y busqué las botas, los pantalones, el taturo de agua y me uní al grupo… sin creérmelo aún arranqué con gran brío y optimismo… ¡ufff…! iba entre los primeros… llena de energía y fuerza... me sentía increíble al batir mis pies en los barriales que van dejando las lluvias invernales cuando se acerca el verano. Era delicioso pasar por estos charcos, tratar de sortearlos, pero al no poder, parecíamos niños disfrutando al máximo de la experiencia. Pronto nos encontramos un puente pero sumergido…, quince minutos para quitarnos las botas, las  medias y enrollarnos los pantalones, para pasarlo cuidadosamente, y volver a calzarnos…; después el camino de hojas secas: rememorar la experiencia de caminar sobre goma espuma… aunque siempre pendientes del lugar que pisamos…
 pronto termina lo llano y comienza el encantado camino de rocas cubiertas de musgo; nos adentramos en ese bosque cual Hansel y Gretel buscando nuestra casita de chocolate: ver el Autana de cerquita… pero, con la contemplación de la belleza del recorrido comienza también el jadeo, el sudor, el esfuerzo, el cansancio… sobre todo para quienes ya contamos con varias primaveras y muchos kilos de más… ¡cómo van pesando a cada paso…! Varias veces dije "hasta aquí, no puedo más, se me va a salir el corazón", pero me iba trazando pequeñas metas...: “llegaré hasta aquella roca...”, luego…, “llegaré hasta aquel palito para descansar...” y así me fui quedando sola con Atilio: todos me picaron adelante… me sentaba a conversar con mi guía y concluí que tengo que  aprender piaroa…pues a todo me decía “sí”… “¿ya vamos a llegar Atilio?” “Sí”, “¿falta mucho para el clarito?” “sí”, sabes hablar chino? “si”, hay una heladería cerca? “si” pero la verdad es que con esas pequeñas pausas y tomando sorbos de agua, pude  encontrar al grupo que tenía 45 minutos en el primer mirador, pero… aún no veíamos el Autana... tardé casi 3 horas, lo que por lo general se hace en 2, o en menos, si se está en buenas condiciones... Lograr esta cima me ha ayudado a comprender que, al trazarnos metas pequeñas, podemos alcanzar nuestro objetivo principal...; pero hay que ponerle empeño y confianza en uno mismo.
Dos cosas importantes… el ascenso de Nelly, mi compañera de excursión, quien a pesar de algunos toques en su salud, y de sus añitos… probó que está en muy buena forma; y el ascenso de Silvia, mi amiga desde hace 46 años… quien, habiendo superado problemas de salud como toda una luchadora, y con doce tornillos en una pierna… ¡se portó como toda una campeona!!! sin dejar de mencionar a la Hna. Gracia, quien con sus 75 encima, hizo el recorrido de Caño de Piedra en el Cuao extraordinariamente bien... ¡BRAVO POR TODOS!!!! Luego de alcanzar el primer mirador, todos siguieron para alcanzar la cima…los observaba, le pedí a Atilio que los acompañara… fue entonces cuando me dije… “falta poco, lo más difícil, pero voy a seguir intentándolo…” Dejé el palo que me servía de apoyo y seguí usando manos, pies, piernas, rodillas, cabeza y todo el cuerpo y ¡lo logré!!! Aplaudieron al verme llegar… Pude volver a ver el Autana frente a mí...: se erguía como un gigante, más grande e imponente que nunca… más impresionante y majestuoso que desde abajo… ¡las fotos fueron muchas: era la manera de corroborar que era verdad!!! Contemplar 360° de selva, el rio, la selva, el campamento pequeñito… y aunque sé que son pocos metros comparados con los grandes íconos venezolanos del excursionismo y  de la escalada, para mí representó mi Everest porque estaba en el lugar que tanto amo…: en el Amazonas venezolano…; en la cima  de mi  cielo.

Al final de la tarde, realizamos otra excursión más calmada, fuimos a Raudal Pereza, un lugar bellísimo y donde definitivamente el lugar no le hace honor al nombre…donde vimos el Autana dorado…con los últimos rayos de sol  sobre él. Noche de regalos y piñatas y compartir con los piaroa de Raudal Ceguera.  Al amanecer del día siguiente teníamos que recoger las hamacas, era el momento de la despedida, del regreso, de los cuentos, de la echadera de broma, del último chapuzón en playa Tonina, de exprimir los últimos momentos de navegación, de arribar a Samariapo,  de agradecer a Guasi nuestro experto motorista, de tomar carretera hasta Pto. Ayacucho, y allí la obligada visita al mercado para llevar los recuerditos e ir a misa en la impresionante catedral de la ciudad; después, a comer pizza e ir a descansar en la posada. El domingo 8 regresamos en la confortable buseta y a disfrutar contemplando los esteros de Camaguán, las puntas de ganado que se paseaban con parsimonia en la carretera,  la represa del Guárico. A mediodía, a disfrutar de una rica carne llanera, a media tarde, merendar las sabrosas quesadillas de Corozopando, por la tardecita contemplar los Morros de San Juan y finalmente arribar a Barquisimeto luego de esta genial aventura.










6 comentarios:

  1. hola muy buenos dias es bueno y grato saber de tus experiencias tambien tenia la curiosidad de saber como puedo acomodar mi blogg hacer lo un poco como el tu yo tengo una operadora turistica www.teinvitoaconocervenezuela.blogspot.com gracias

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  2. Hola !!!waooo no es nada fácil explicar por este medio...al decir verdad unas amigas me han ayudado...aún le faltan muchos detalles que iré corrigiendo a medida que subo otras experiencias....que bueno que te gustó!!!

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  3. Hola Gloria, querida amiga! Te quedó muy lindo tu blogg y te deseo mucho éxito en tu deseo de dar a conocer tu querida Gran Sabana que es si duda un paraíso viviente. Un abrazote.

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  4. Gracias Ramón...un abrazo querido amigo..!!!

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  5. Que idea tan maravillosa al crear este blogg para compartir tus vivencias en este mundo extraordinario que nuestra Venezuela por Gracia d Dios y bendita nos la otorgó,para poder disfrutar de toda su grandiosidad,de sus rios,cascadas,selva pero,sobre todo alternar y proteger a nuestras Etnias y tu su mas ferviente luchadora,amiga amada por ellos,eres un ICONO de amor.Gracias hija por esa iniciativa que un dia Dios te eligió para ser su promotora DE ESTAS CASI OLVIDADS REGIONES.

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  6. Querida Gloria este Blogg es idéntico a ti´que hermosas palabras y que exacta descripción. muy tuya, espectacular y excelente. Dios te bendiga y te siga dando mucha salud y ánimo para continuar este proyecto de amor que papá Dios te encomendó, Besitos. Soy Mercedes BM SJT

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